Hey tu
Hey tu,
Allí afuera en el frío,
Quedándote solo, haciéndote viejo,
¿Puedes sentirme?
Hey tu,
Parado en el pasillo
Con la picazón en tu pie y una sonrisa que se descolora
¿Puedes sentirme?
Hey tu,
No les ayudes a enterrar la luz.
No te des por vencido sin luchar.
Hey tu,
Allí afuera solo,
Sentado desnudo en el teléfono
¿Me tocarías?
Hey tu,
Con tu oído contra la pared,
Esperando a alguien a quien llamar
¿Me tocarías?
Hey tu,
¿Me ayudarías a cargar la piedra?
Abre tu corazón, estoy llegando a casa.
Pero era solo una fantasía.
La pared era demasiado alta, como tu puedes ver.
No importa cómo él intentó, no podría romperse libremente.
Y los gusanos se comieron su cerebro.
Hey tu,
Allí afuera en el camino,
Haciendo siempre lo que te dicen,
¿Puedes ayudarme?
Hey tu,
Allí afuera más allá de la pared,
Rompiendo botellas en el pasillo,
¿Puedes ayudarme?
Hey tu,
No me digas que no hay nada de esperanzas.
Juntos estamos parados, divididos nos caemos.
(continuación de Matar a la bestia) En la comisaría le dieron una paliza y lo humillaron. Querían saber quiénes eran sus cómplices. De nada le sirvió explicarles que era un parado enfermo de cáncer de páncreas al que iban a desahuciar la semana siguiente. No lo creyeron hasta que tuvieron en la mano la información del INEM, del banco y de la Seguridad Social. Era cierto. Le habían diagnosticado un cáncer de páncreas el año anterior y debido a las continuas inasistencias al trabajo, había sido despedido de la multinacional en la que trabajaba. No pudo hacer frente a la hipoteca y el banco ya le había anunciado el desahucio. Para colmo, el oncólogo le comunicó, con gran pesar, que su cáncer era difícil y que a la Seguridad Social no le merecía la pena prescribirle el carísimo tratamiento que necesitaba para alargarle la vida unos meses. Aunque si quería podía pagárselo de su bolsillo…
Nadie sabía explicar, años después, cómo había sucedido todo aquello, unos hechos que cambiaron el rumbo del país de repente y de forma tan brusca. Era indudable que el cambio había sido bueno, que todos vivían mejor ahora, pero los historiadores, los politólogos, los sociólogos y hasta los psiquiatras seguían buscando una explicación desde entonces.
En contra de lo que es habitual, en este breve comentario no diré lo que pienso. Si lo hiciera podría incurrir en injurias. No tengo pruebas que avalen mis sospechas. Al mo poder demostrarlas, callaré lo que me ronda la cabeza.Que por otra parte no creo que sean muy descabelladas ni muy diferentes de las que pueden tener muchas otras personas. Hoy la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá , ha comenzado a derribar edificios en el barrio del Cabanyal . Poco le importan las resoluciones del gobierno de España, que había ordenado no expoliar la zona que está considerada Bien de Interés Cultural (BIC) y que es el único barrio marinero que queda dentro de una gran metrópoli mediterránea. Valencia es uno de los focos del caso Gürtel , del que a partir de hoy iremos conociendo todos los recovecos ya que se ha levantado el secreto del sumario. Rita Barberá, salvo su tangencial aparición con los bolsos de Louis Vuitton que le regaló El Bigotes, los trajes y las anchoas, no aparece relacionada...
Creo no hace falta explicar nada sobre esta entrada
ResponderEliminar"Divided we fall"
ResponderEliminarEs bueno recordar, y cuando recuerdas quedarte sin palabras.
Salu2
No hay nada de esperanzas.
ResponderEliminarUn abrazo puñetero.
;)
Claro que nos caemos y la cagamos.
ResponderEliminarBueno, falta echar una lagrimita la semana que viene en recuerdo de Rick Wright.
Constantino, sin esperanza. No nos comemos un colín.
ResponderEliminarVecino, tan divididos como ellos han querido y nosotros hemos consentido.
ResponderEliminarLa lagrimita, pendiente