Hey tu
Hey tu,
Allí afuera en el frío,
Quedándote solo, haciéndote viejo,
¿Puedes sentirme?
Hey tu,
Parado en el pasillo
Con la picazón en tu pie y una sonrisa que se descolora
¿Puedes sentirme?
Hey tu,
No les ayudes a enterrar la luz.
No te des por vencido sin luchar.
Hey tu,
Allí afuera solo,
Sentado desnudo en el teléfono
¿Me tocarías?
Hey tu,
Con tu oído contra la pared,
Esperando a alguien a quien llamar
¿Me tocarías?
Hey tu,
¿Me ayudarías a cargar la piedra?
Abre tu corazón, estoy llegando a casa.
Pero era solo una fantasía.
La pared era demasiado alta, como tu puedes ver.
No importa cómo él intentó, no podría romperse libremente.
Y los gusanos se comieron su cerebro.
Hey tu,
Allí afuera en el camino,
Haciendo siempre lo que te dicen,
¿Puedes ayudarme?
Hey tu,
Allí afuera más allá de la pared,
Rompiendo botellas en el pasillo,
¿Puedes ayudarme?
Hey tu,
No me digas que no hay nada de esperanzas.
Juntos estamos parados, divididos nos caemos.
El anuncio de que el cineasta Alejandro Amenábar estrenará en octubre próximo Ágora , una superproducción sobre Hipatia de Alejandría , ha estimulado la publicación en los últimos meses de algunos libros, tanto novelas como estudios históricos, sobre este personaje del que tan poco se sabe. A esta última disciplina pertenece la obra Hipatia ( La esfera de los libros ), de la profesora de la Universidad de Málaga Clelia Martínez Maza . Se trata de un estudio muy completo y riguroso de la filósofa alejandrina, una de las mujeres más destacadas de la Antigüedad, quien, además de llegar a ser la directora de la Biblioteca de Alejandría, fue docta en matemáticas, filosofía y astronomía. La intransigencia y la violencia de la Iglesia cristiana de la época acabaron, en dos episodios terribles, tanto con la biblioteca como con Hipatia, que fue asesinada de forma brutal. Martínez Maza hace un magnífico retrato de la que fue una de las ciudades más importantes del Imperio en los ...
Un estudiante fracasado y angustiado que quiere matar a Dios lanzando una flecha hacia el cielo, un limpiabotas amnésico que es capaz de leer el pasado de los hombres en las arrugas de sus zapatos y un peluquero en paro que peina al viento mientras interpreta algunos pasos de ballet. Son los tres personajes de Gris mate , obra que anoche estrenó en Madrid ( teatro Galileo ) la compañía vasca Katu Beltz y que tuve el enorme placer de disfrutar. Como complemento, una puesta en escena muy atractiva, con una gran diana en el centro de un escenario inclinado desde cuyo centro el estudiante intenta lanzar su flecha hacia Dios sin que se le caía la chistera en el intento. “No quiero matar a Dios con la cabeza descubierta. Podría malinterpretarse”, dice el personaje, interpretado por Iñaki Rekarte , también autor de la obra. “Como segunda opción contemplo el suicidio”, añade. Se trata de un brillante y divertido ejercicio de teatro del absurdo con inteligentes diálogos sobre la esencia del se...
La dignidad no es una virtud consustancial al ser humano. En nuestro caso solo floreció cuando la colocamos en la punta de las bayonetas. Jürgen Toepfer , mercenario en la RD del Congo
Creo no hace falta explicar nada sobre esta entrada
ResponderEliminar"Divided we fall"
ResponderEliminarEs bueno recordar, y cuando recuerdas quedarte sin palabras.
Salu2
No hay nada de esperanzas.
ResponderEliminarUn abrazo puñetero.
;)
Claro que nos caemos y la cagamos.
ResponderEliminarBueno, falta echar una lagrimita la semana que viene en recuerdo de Rick Wright.
Constantino, sin esperanza. No nos comemos un colín.
ResponderEliminarVecino, tan divididos como ellos han querido y nosotros hemos consentido.
ResponderEliminarLa lagrimita, pendiente