(continuación de Matar a la bestia) En la comisaría le dieron una paliza y lo humillaron. Querían saber quiénes eran sus cómplices. De nada le sirvió explicarles que era un parado enfermo de cáncer de páncreas al que iban a desahuciar la semana siguiente. No lo creyeron hasta que tuvieron en la mano la información del INEM, del banco y de la Seguridad Social. Era cierto. Le habían diagnosticado un cáncer de páncreas el año anterior y debido a las continuas inasistencias al trabajo, había sido despedido de la multinacional en la que trabajaba. No pudo hacer frente a la hipoteca y el banco ya le había anunciado el desahucio. Para colmo, el oncólogo le comunicó, con gran pesar, que su cáncer era difícil y que a la Seguridad Social no le merecía la pena prescribirle el carísimo tratamiento que necesitaba para alargarle la vida unos meses. Aunque si quería podía pagárselo de su bolsillo…

A principios de agosto me uní a la manifa de unos trabajadores eretizados. La empresa-Nueva Rumasa- cogió la subvención y se largó. Le comenté a uno que por qué no se hacían ellos cargo de la empresa, que se constituyeran en cooperativa, que cada uno de ellos era especialista en su tarea, que no necesitaban más directivos parásitos. Y me dice:"sí, si algunos lo propusimos en una asamblea...quedarnos con la empresa...y luego venderla y repartirnos la pasta...¡¡pero no pudo ser, joé!!, ¡¡la gente se rajó!!."
ResponderEliminarY yo lo hubiera rajao a él...de no ser porque...es un amigo mio de toda la vida. Hay que joerse!!
Atila, aquí el que no trinca es porque no puede. Ese es el mensaje. En este país necesitamos una verdarea revolución, cultural y de la otra, y, como decía Labordeta, "Habrá que forzarla para que pueda ser"
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