Hoy es 7 de noviembre. Se cumplen 76 años de aquel memorable día en el que los madrileños detuvieron a la puertas de la capital a las tropas fascistas del general Varela. Los militares había llegado la víspera casi sin oposición hasta Madrid, pero el engreído general Varela pensó que sería mejor dejar para el día siguiente la toma de la capital, para entrar de día y casi con banda de música . Se equivocó. Los madrileños detuvieron al fascismo durante todo la guerra.
Hoy, los herederos de aquellos fascistas sublevados lo ocupan todo, no solo en Madrid, sino en España y gran parte de Europa. Los puestos políticos y los financieros. Y pretenden llevarnos de nuevo a tiempos pasados.
Hoy es un buen día para recordar aquella gesta, en la que un pueblo prácticamente desarmado y desharrapado detuvo la brutal maquinaria militar del fascismo internacional solo con su voluntad de no querer entregar su libertad a nadie.
El 7 de noviembre debería ser el Día de la Comunidad de Madrid. Una victoria popular. Una gesta por la libertad, no como el 2 de mayo de 1808, que fue un levantamiento popular para defender a nuestro Dios, a nuestra Iglesia y a nuestro Rey.
Soy de los que piensan que fue un levantamiento reaccionario, un Vivan las cadenas.
Cuánto mejor para España si José Bonaparte hubiera permanecido en el trono unas cuántas décadas. Cuánta miseria nos hubiéramos ahorrado desde entonces y que liberación verse privado de los borbones, desde Fernando VII, el rey felón, hasta este que tenemos ahora, monarca cazador sin escrúpulos de elefantes y mitrofanes indefensos, legado del franquismo. Y entre medias de ambos cráneos coronados, dos siglos de atraso, superstición y corrupción.
Estoy contigo, Francisco, el día de la Comunidad de Madrid debería ser el 7 de noviembre; las razones expuestas son más que suficientes para avalarlo. Son de agradecer textos como el tuyo.
ResponderEliminarMuchas gracias, huifang. En este país tenemos tendencia a celebrar las derrotas (sean de liberales o conservadores). No solo el 2 de mayo, también la fiesta de los Comuneros en Castilla y León o la Diada catalana. Así nos va, claro (gracias también por el RT)
EliminarApoyo la moción.
EliminarLa Guerra de la Independencia pudo tener, además, visos de guerra civil si los afrancesados no hubieran salido por piernas o muchos de los llamados liberales, que no veían con malos ojos lo que José Bonaparte traía en la cartera, no se hubieran puesto de parte, como hicieron, de la Junta por eso del prurito patriótico. Fernando VII se encargó, con sus razias, de postergar el previsible conflicto.
Andamos de memoria, fíjate.
Ciertamente, vecino. El felón reprimió primero a los afrancesados que apoyaron a Bonaparte y después a todo aquel que oliera a liberal de entre los que lo ayudaron a regresar. Hubo alguna sublevación, como la de los Mina, que tomaron Pamplona entrando desde Francia, pero la gente estaba harta de guerra y los dejaron solos. Un episodio muy poco conocido es el de Javier Mina (sobrino de Espoz) que en vista de que aquí no podía combatir a FVII se fue a hacerlo a México y hoy es un héroe de la independencia mexicana. Este asunto lo toco en mi novela "Memorias del guerrillero con dos cabezas" (siempre es momento adecuado para hacer autopublicidad)
EliminarCompletamente de acuerdo!!...el Jóse, un republicano convencido, jabría sido el rey más decente en siglos (no sé si remontarme a Breogán!!)...al menos sus convicciones políticas-no confundirlo con su hermanísimo- estaban a años luz de la inteligencia medieval de las élites ibéricas...y en un universo paralelo en relación al estadio cultural en el que éstas mantenían a la Plebe. Los Poderosos, la Iglesia...y una caterva de ignorantes sometidos a su servicio...¡¡como hoy día!!. Yo también me habría dado a la "botella" ante ese panorama.
ResponderEliminarYa te digo, Atila. A la Botella se han dado los madrileños en nuestro tiempo, ¿por qué será? En cuanto al Bonaparte del que hablamos, eso de que se daba a la botella fue una falsedad propalada por sus enemigos políticos.
ResponderEliminarEn aquella época sucedía como ahoa, que la gente prefiere tener de alcalde o de presidente de Comunidad a un ladrón "de los nuestros" antes que a un honrado gestor "de los otros".