El sobre estaba sobre la mesa del despacho. Supuso que
contendría la clave de su ordenador privado o quizá alguna recomendación de
última hora de su antecesor en el cargo. Lo abrió y comprobó que contenía una
carta con el sello de una gran multinacional.
El texto, muy breve, decía así: “Si usted es generoso con
nosotros sabremos recompensarlo después, cuando acabe su mandato, lo mismo que
hemos hecho con quienes lo precedieron”.
Estuvo a punto de llamar a su secretario, indignado por
aquella propuesta que más parecía un soborno. Pero se contuvo. Tomó asiento en
el mullido sillón que acaba de heredar, y recapacitó. Pensó en los destinos de
sus antecesores y esbozó una sonrisa. Se guardó el sobre en el bolsillo
interior de la americana y se encaminó a su primer consejo de ministros.
Sospecho que esas cartas, son mas habituales de lo que podemos imaginar. Deben tener una plantilla en formato PDF lista para imprimirla.
ResponderEliminarSaludos.
Rodericus, yo pienso como tú, aunque quizá no sea de forma tan burda. Pero el mensaje seguro que les llega a todos
ResponderEliminar...y lo poco que han durado aquellos que se han atrevido a hacer oídos sordos a semejantes misivas!!
ResponderEliminarUno llega a pensar que incluso han firmado el Ok a esa carta antes de ser candidatos.
EliminarO la llamada disimulada de un tal Obama o de una cual Merkel, si don Vito está ocupado. Siempre se puede matar al mensajero.
ResponderEliminarLuego, obviamente, tú también disimulas: te vas a hacer bolos por ahí para dar charlas de lo que casi ni entiendes. Un trbajo muy honrado.
Yo creo, vecino, que las llamadas vienen de más arriba de Obama y Merkel, que son meros monaguillos.
ResponderEliminarEl segundo párrafo no lo pillo.
Por eso digo que la llamada es "disimulada". El segundo párrafo se refiere a las pingües andanzas como conferenciantes de Aznar y, ahora, ZP.
EliminarAh, lo suponía, pero la redacción me había despistado.
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