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Diario de Jürgen Toepfer: profilaxis

Aquí no basta con quitar el tapón del sumidero para eliminar la porquería. Los grumos más grandes se aferran con obstinación por lo que se hacen necesarias otras medidas de limpieza más contundentes.





Jürgen Toepfer
Mercenario en la R.D. del Congo
Etiquetas:

Comentarios

  1. Txema14:17

    No le quepa la menor duda. Un disolvente muy potente y aún así...

    Abrazo

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  2. Juan Carlos López20:12

    Afilado, afilado.

    Raros tiempos estos que nos abocan a la imaginería escatológica.

    Por cierto, vecino: ¿cuándo sale tu Toepfer?

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  3. Francisco Galván12:51

    Estoy en ello, vecino. Ya veremos cuándo sale.

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  4. Juanjo Rubio13:28

    Muy duro el post, pero nada lejano a la realidad, por desgracia.

    Saludos.

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  5. Constantino Carenado22:36

    Un buen detergente sería la solución.
    A ver quien lo inventa sin caer en otra autocracia, pues una autocracia amarilla que sustituya a otra autocracia verde sería más de lo mismo. Solo cambiaría el color de los grumos.

    Un saludo.

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  6. Francisco Galván12:36

    Estos grumos no se deshacen ni con dinamita

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  7. Markos20:23

    Este Jürgen...adelantándose a cosas que tenía pensadas :-) digo este porque tengo varios jefes que se llaman Jügen, bueno los confundo, a mi todos los teutones me parecen iguales.

    No, definitivamente los grumos no salen...creo que es imposible.

    Salu2

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  8. Francisco Galván9:54

    Markos, no digas esas cosas de que todos los teutones son iguales porque es lo mismo que decir que todos son como la Merkel. Imagina si dijeran que todos los españoles somos iguales... ¿cuál sería nuestro molde?

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