La bandada se situó sobre nuestras cabezas.
Eran millones de pájaros que eclipsaron el sol
con sus graznidos y revoloteos hirientes.
Se apagó el suave roce de las arenas de la prudencia.
Dejó de oírse el rumor de las olas del pensamiento.
Se extinguió la apacible brisa de la cordura.
El hálito se tornó frío y espeso.
Sombras, crujidos, susurros viscosos.
La noche impuesta trajo un vacío de murmullos,
el crepúsculo de la razón.
Eran millones de pájaros que eclipsaron el sol
con sus graznidos y revoloteos hirientes.
Se apagó el suave roce de las arenas de la prudencia.
Dejó de oírse el rumor de las olas del pensamiento.
Se extinguió la apacible brisa de la cordura.
El hálito se tornó frío y espeso.
Sombras, crujidos, susurros viscosos.
La noche impuesta trajo un vacío de murmullos,
el crepúsculo de la razón.
Pues ahora mismo acaba de salir el pájaro mayor alabando lo que hace unos meses tanto criticaba... Ver para creer.
ResponderEliminarAh, claro, el matiz está en que ya pasó el 20N.
ResponderEliminarEl crepúsculo de la razón... ¿Hasta cuándo podremos aguantarlo sin volvernos locos?
ResponderEliminar¿Se llevará consigo nuestros sueños?
ResponderEliminarDinoJuanjo, un pájaro siempre es un pájaro, ayer hoy o mañana.
ResponderEliminarPaco, creaía que ya habíamos enloquecido...
Max, como destaca uno de los esloganes del 15M si quieres que tus sueños se hagan realidad, ¡despierta!
A mi me preocupa que con tanto pájaro me cague uno encima.
ResponderEliminarLo malo, kir, es que las cagadas de estos pájaros son muy pesadas y densas
ResponderEliminarQué bien has pintado el eclipse organizado por los siniestros pajarracos. Frío, viscoso, oscuro. Todo un espanto.
ResponderEliminarLos pajarracos son muy dados a picotearlo todo, sin ton ni son, espero que se picoteen entre ellos. Pero es mucho pedir.
Salu2
¿Pajarracos o vampiros?
ResponderEliminarMarkos, más que eclipse vamos a tener un cataclismo geológico que, paradójicamente en este caso, resucitará a los dinosarios (en realidad ya estaban campando hace tiempo)
ResponderEliminarVecino, de todo hay. Diaría yo que son híbridos: ¿vampájaros?
D. Francisco!!
ResponderEliminar"Dejó de oírse el rumor de las olas del pensamiento.
Se extinguió la apacible brisa de la cordura."
¡¡Bienaventurados los finos de oído!!
Sí, Atila, porque a estas alturas creo que todos ciegos.
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