La Real Academia de la Historia se apunta al revisionismo. No resulta especialmente sorprendente. Vivimos en un país de derechas y la tendencia de los últimos 25 años nos lleva a una paulatina conservadurización de las sociedad mundial sin que nadie le ponga coto.
A mí no me extraña el neofascismo (nos lo quieren colar como neoliberalismo) que nos invade y lo vamos absorbiendo por todos los poros de forma lenta pero inexorable.
Franco no era un dictador, solo un poco autoritario; la culpa de la Guerra Civil la tuvo el gobierno republicano, por caótico; ZP ganó las elecciones por la manipulación del Prestige, y Juan Negrín era un dictador. Ese sí que era un dictador, y no Franco, que fue un devoto católico que se vio obligado a tomar las armas para defender a España de la horda roja.
Y cuela. La gente se lo cree. ¿Qué dirá de Baltasar Garzón? ¿Qué es un bolchevique?
Vivimos en un neofascismo que busca aculturizar a la gente para que sea incapaz de discernir un Franco de un Negrín.
Vivimos un neofascismo que busca reducir la capacidad adquisitiva del ciudadano hasta límites en que se vea obligado a dedicar todo su esfuerzo y todo su ingenio a buscarse la vida para llegar a fin de mes y no piense.
Vivimos en un nefascismo en el que se ha desmantelado el sector público (y regalado a la plutocracia) porque sabe que el sector público es un arma de transformación política en manos de la izquierda.
Vivimos en un neofascismo que nos obliga a trabajar hasta la ancianidad para que los jubilados vuelvan a ser esos seres axhaustos que fueron hace cien años y no no tengan capacidad de lucha ni sean un lobby que proteja sus derechos.
Vivimos en un neofascismo que prefiere tener a los jóvenes atados a contratos basura, con la amenaza de despido permanente, para que sean dóciles y no se asocien.
Pero sobre todo, vivimos en un nefascismo que manipula las mentes y distorsiona los valores con la televisión y los medios de comunicación, metiendo en nuestras casas a gentuza sin oficio ni beneficio, cuyo mayor mérito es haberse follado al primo de la vecina del torero de turno, con fútbol un día sí y otro también, con programas que nos cuentan las envidiables aventuras en los mares del sur de una docena de memos y memas con siliconas pectorales y cerebrales.
Además nos obligan a creer que para ser modernos y estar a la moda necesitamos todo tipo de cachivaches estúpidos llenos de botones.
Y todo esto, y vuelvo al principio, se agrava con un gobierno presuntamente de izquierdas. Es este gobierno el que financia el diccionario revisionista de la Real Academia de Historia, es un gobierno del PSOE el que permite que se califique de dictador a Negrín, que fue un histórico militante del partido. Y el Rey lo presenta, y la ministra González Sinde está allí como un pasmarote sin enterarse de qué va la película, y el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, paga la factura (6,4 millones) y hace de tonto útil a la ultraderecha, que una vez más, nos la mete doblada hasta el corvejón mientras el PSOE hace de don Tancredo.
Señores del PSOE ¿por qué no disuelven el partido? ¿Por qué no se multiplican por cero? ¿Por qué no subastan sus sedes y se marchan al campo a criar pavos o pepinos?
Dejen que aflore una izquierda de verdad, sin el incordio que suponen ustedes, dejen de joder la marrana. Para derecha ya nos vale con esta que revisa la Historia y se la cuelan a ustedes de forma ingnominiosa. Son más inteligentes que ustedes. Lárguense ya, por favor.
No he querido mencionar, deliberadamente por no extenderme demasiado, el espectáculo de hipnosis de masas que pone en escena la Iglesia con cada "chou" del papa. Es un elemento más de atontamiento masivo que apunta hacia el neofascismo que nos cubre ya como una marea
ResponderEliminarRedondo, redondo, redondo. Redondito del todo te ha quedado. Terriblemente redondo.
ResponderEliminarSe tienen que estar partiendo la caja los que realmente están detrás de todo.
Salu2
Ajum.
ResponderEliminarVoy a poner un poco de música, porque no puedo ahora con tanto despropósito. Me estoy acordando ahora (así me funcionan las neuronas a veces) de los últimos homenajes a las 13 Rosas, con la gente del PSOE aparte empuñando flores... ¡Por Tutatis! ¿Cómo se puede caer tan bajo?
Me queda un poco de aliento para hacer mías las palabras de Markos.
Pues es una pena, pero, insisto, que se jubilen y echen el cierre. Cuando a la tierra se la deja en barbecho, enseguida le crecen flores muy bonitas.
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