Ir al contenido principal

Represión+Rabia... Variación sobre el mismo tema


Ella rezaba el rosario con aparente devoción pero en realidad pasaba las cuentas mecánicamente porque su pensamiento estaba ocupado por completo en decidir el vestido que se pondría para ir a misa de siete.
Él, sentado en el sofá, escuchaba Intereconomía con el mismo fervor con el que su esposa atendía las prédicas del párroco cada tarde.
El muchacho se limpió los zapatos de barro antes de entrar en la casa, se sacudió el agua de la gorra y se dirigió a su habitación sin que nadie se apercibiera de su presencia. Recogió sus cosas —apenas nada—  y las introdujo en una pequeña mochila. Después salió con el mismo sigilo con el que había llegado.
Llovía torrencialmente pero no le importó. Se caló la gorra, encogió el cuello para protegerse del agua y el frío y echó a andar calle abajo. El día plomizo no logró oscurecer la luz de su sonrisa.
Por un momento se le había pasado por la cabeza cometer una locura, pero inmediatamente la descartó. Le bastó con recordar quién lo esperaba al final del camino, acodada sobre el pretil del puente que separaba ambos mundos.

(La fotografía es de Esther Siete, tomada con una Lomo)

Comentarios

  1. A veces, la vida te pone en unas situaciones que no sabes qué hacer, y seguro que más de uno se ha visto en esa misma situación.

    ResponderEliminar
  2. Ah: esta es menos "gore". El muchacho pone tierra por medio camino de ¿la libertad? Por lo menos de una vida más suya o más abierta.

    ResponderEliminar
  3. Rampy, unas vveces la vida y otra son prsonas con nombres y apellidos.

    Vecino, menos gore y más real, ciertamente.

    ResponderEliminar
  4. Puedes volar muy lejos pero no huír de tí mismo. Ese viaje que empieza va a ser como poco largo. Si es que lo consigue acabar.

    ResponderEliminar
  5. Buena decisión la del chaval en lugar de hacer un disparate se va, seguramente a ver a una niña que lo espera, ¿conseguirán llegar a alguna parte?
    Besotess Paco,

    ResponderEliminar
  6. La vida es un viaje sin descanso, maño, acaba cuando morimos. En cualquier caso, el chico no huye de sí mismo sino de unos padres intolerantes e irracionales como pocos.

    Ross, desde luego, mejor decisión que la otra. ¿Llegar a alguna parte? La vida es un constante llegar y partir.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hipatia

El anuncio de que el cineasta Alejandro Amenábar estrenará en octubre próximo Ágora , una superproducción sobre Hipatia de Alejandría , ha estimulado la publicación en los últimos meses de algunos libros, tanto novelas como estudios históricos, sobre este personaje del que tan poco se sabe. A esta última disciplina pertenece la obra Hipatia ( La esfera de los libros ), de la profesora de la Universidad de Málaga Clelia Martínez Maza . Se trata de un estudio muy completo y riguroso de la filósofa alejandrina, una de las mujeres más destacadas de la Antigüedad, quien, además de llegar a ser la directora de la Biblioteca de Alejandría, fue docta en matemáticas, filosofía y astronomía. La intransigencia y la violencia de la Iglesia cristiana de la época acabaron, en dos episodios terribles, tanto con la biblioteca como con Hipatia, que fue asesinada de forma brutal. Martínez Maza hace un magnífico retrato de la que fue una de las ciudades más importantes del Imperio en los ...

"Gris mate" o el teatro del absurdo

Un estudiante fracasado y angustiado que quiere matar a Dios lanzando una flecha hacia el cielo, un limpiabotas amnésico que es capaz de leer el pasado de los hombres en las arrugas de sus zapatos y un peluquero en paro que peina al viento mientras interpreta algunos pasos de ballet. Son los tres personajes de Gris mate , obra que anoche estrenó en Madrid ( teatro Galileo ) la compañía vasca Katu Beltz y que tuve el enorme placer de disfrutar. Como complemento, una puesta en escena muy atractiva, con una gran diana en el centro de un escenario inclinado desde cuyo centro el estudiante intenta lanzar su flecha hacia Dios sin que se le caía la chistera en el intento. “No quiero matar a Dios con la cabeza descubierta. Podría malinterpretarse”, dice el personaje, interpretado por Iñaki Rekarte , también autor de la obra. “Como segunda opción contemplo el suicidio”, añade. Se trata de un brillante y divertido ejercicio de teatro del absurdo con inteligentes diálogos sobre la esencia del se...

Diario de Jürgen Toepfer: dignidad

La dignidad no es una virtud consustancial al ser humano. En nuestro caso solo floreció cuando la colocamos en la punta de las bayonetas. Jürgen Toepfer ,  mercenario en la RD del Congo