Resulta desalentador comprobar cómo el Partido Popular , acuciado por la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, se apresura a pedir al Congreso que declare bien de interés cultural a la denominada Fiesta Nacional mientras que en otros asuntos infinitamente más importantes que afectan al patrimonio se comporta como un depredador adorador del ladrillazo y la piqueta. Es muy loable su interés por la fiesta de los toros. La decisión del Parlament, prohibiendo las corridas es muy discutible, sobre todo si al mismo tiempo permite, en un ejercicio de incoherencia, que se sigan celebrando otros festejos que incluyen actos de salvajismo contra los toros. Para estos sí consideran a la tradición como excusa razonable para no erradicarlos de su territorio. El PP, sin embargo, tiene toda el alma puesta en acabar con una zona de gran interés cultural e histórico como es el barrio del Cabanyal , de Valencia. Allí Rita Barberá lucha contra todos, incluido el Tribunal Constitucional , ...