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Mostrando entradas de marzo, 2012

Amnistía fiscal

La semana pasada me llegó una carta de la Agencia Tributaria para que justificara las donaciones que había incluido en mi declaración de IRPF . Soy socio de Unicef , Ayuda en Acción y Aldeas Infantiles . La declaración me sale positiva, a pagar unos mil euros, pero a la Hacienda Pública no le parece suficiente. Tuve que aportar de nuevo (ya lo había hecho, pero se ve que la Agencia Tributaria tiene tendencia a perder los papeles) los resguardos correspondientes. Más o menos unos trescientos euros anuales. ¿Cuánto más me quería rascar el bolsillo Hacienda? El viernes pasado el Consejo de Ministros apruebó una amnistía fiscal para los grandes defraudadores. ¿Se imaginan la cara que se me quedó? A mi me investigan por unas donaciones a ONG dedicadas a ayudar a los niños del Tercer Mundo y a los grandes defraudadores les perdonan sus fraudes a la Hacienda de todos los españoles. Este es el espíritu que alienta al nuevo gobierno: apretar a los modestos para regalárselo a los ricos. ¿S

Asalto a la última barricada

No suelo hacerlo, pero hoy quiero repetir una entrada que publiqué el 28 de septtiembre de 2010 con motivo de la reforma laboral que perpetró Zapatero. Lo hice en "El hombre del pirulí" , otro blog más combativo que cerré temporalmente hace unos meses. La decisión de recuperar esta entrada no se debe a la Reforma Laboral de Rajoy , ni a la Huelga General de ayer, sino a las declaraciones que hizo Esperanza Aguirre , que son muy clarificadoras: "Estos sindicatos caerán como el muro de Berlín".  Es esta: Mañana está en juego la última barricada que los contiene. Es una barricada muy delgada, de papel, casi invisible y muy probablemente quedará arrumbada por la acometida de esa bestia que todo lo devora y que se llama MERCADO . En realidad ese término no es más que un eufemismo. Detrás de la palabra MERCADO, como si de una careta se tratara, se ocultan la derecha liberal (antes los llamábamos conservadores), las multinacionales, los bancos, las financieras, la

¡Basta!

Hambrientos y privados de trabajo, sin derecho a subsidio de paro, carentes de educación, maltratados por los amos que les negaron la sanidad, la cultura, el ocio y el derecho a protestar, se organizaron en pequeños grupos clandestinos Y tomaron las armas. Dijeron ¡basta!

La carta

El sobre estaba sobre la mesa del despacho. Supuso que contendría la clave de su ordenador privado o quizá  alguna recomendación de última hora de su antecesor en el cargo. Lo abrió y comprobó que contenía una carta con el sello de una gran multinacional. El texto, muy breve, decía así: “Si usted es generoso con nosotros sabremos recompensarlo después, cuando acabe su mandato, lo mismo que hemos hecho con quienes lo precedieron”. Estuvo a punto de llamar a su secretario, indignado por aquella propuesta que más parecía un soborno. Pero se contuvo. Tomó asiento en el mullido sillón que acaba de heredar, y recapacitó. Pensó en los destinos de sus antecesores y esbozó una sonrisa. Se guardó el sobre en el bolsillo interior de la americana y se encaminó a su primer consejo de ministros.

As crendas de San Porfirio

Acaba de publicarse una nueva novela mía, esta vez en gallego: As crendas de San Porfirio. Diario terapéutico dun esquizofrénico. Se trata de una obra a medias entre el esperpento y la comedia negra, en la Galicia de los ochenta, aquella del Superdepor de Arsenio Iglesias. Cuenta la historia de un esquizofrénico... O, mejor dicho, un esquizofrénico cuenta su historia en un cuaderno para cumplir una revolucionaria terapia impuesta por los doctores que lo tratan. El narrador explica sus experiencias como enterrador en el concejo de Vilabouta , donde debe dar tierra a don Onofre , un viajante de comercio recién fallecido. A los pocos días del sepelio se descubre que don Onofre, poco antes de morir, había comprado varios décimos de la Lotería de Navidad que resultan agraciados con el premio Gordo. ¿Dónde están esos décimos?, se pregunta su desconsolada viuda. ¡En el traje que le sirvió de mortaja!, ya que fue inhumado con la ropa que llevaba puesta cuando le sobrevino la muerte, en u

Diario de Jürgen Toepfer: dignidad

La dignidad no es una virtud consustancial al ser humano. En nuestro caso solo floreció cuando la colocamos en la punta de las bayonetas. Jürgen Toepfer ,  mercenario en la RD del Congo

Diario de Jürgen Toepfer: perros

Nos robaban y golpeaban, nos insultaban y humillaban, pero seguíamos besándoles las manos. Fue entonces cuando comenzaron a llamarnos "mbwa", perros.              Jürgen Toepfer   mercenario en la RD del Congo